miércoles, 24 de junio de 2015

INFORMACIÓN PARA EL PARCIAL 4TO. 8 LICEO N°7. LA COEXISTENCIA PACIFICA

La coexistencia pacífica A mediados de la década de 1950, las relaciones entre las potencias tendieron a distenderse y a perder la agresividad que las había caracterizado desde fines de la Segunda Guerra Mundial. Los factores que motivaron ese cambio fueron algunos de carácter internacional, pero también incidieron cambios producidos en la vida interna de los estados. La situación internacional se veía modificada de manera radical por el nuevo equilibrio armamentístico. A la explosión de la primera bomba soviética había seguido el desarrollo de los arsenales atómicos en ambos bandos, y luego la aparición de los misiles (proyectiles teledirigidos). Todo esto planteaba una nueva realidad: ya no se podía pensar en dejar fuera de combate al enemigo antes de que éste tuviera tiempo de reaccionar y, por el desarrollo de los arsenales nucleares, esta situación significaría la destrucción total del planeta. En esas condiciones, la guerra dejaba de tener sentido: las grandes potencias podrían mantener relaciones “normales” y desplazar sus enfrentamientos a otros puntos del planeta, donde algunos de sus aliados se enfrentarían con armas convencionales. “¿En qué consiste la política de la coexistencia pacífica? En su expresión más sencilla significa la renuncia a la guerra como medio de solucionar las cuestiones litigiosas. Sin embargo, lo dicho no agota la noción de la coexistencia pacífica. Además del compromiso de no agresión supone también el acuerdo de todos los estados de no violar la integridad territorial y la soberanía de los otros bajo ningún pretexto. El principio de la coexistencia pacífica significa renuncia a la injerencia en los asuntos interiores de los demás países con objeto de cambiar el régimen del Estado o su modo de vida. La doctrina de la coexistencia pacífica prevé también que las relaciones políticas y económicas entre los países deben basarse sobre la completa igualdad de derechos de las partes y sobre la reciprocidad de las ventajas.” N. Kruschev, 1960. En la Unión Soviética La muerte de Stalin, en 1953, fue unos de los factores que más influyó en el cambio de la situación. se produjo una corriente de revisión de las orientaciones políticas del stalinismo promovida por la figura ascendente de Nikita Kruschev. Como consecuencia de este proceso hubo cambios en la organización administrativa, en la educación, en la agricultura, etc. Estas novedades repercutieron naturalmente en los países de Europa del Este, que también iniciaron procesos de cambio. Al proceder con cierto grado de autonomía, estos países provocaron alarma en los dirigentes de la Unión Soviética, que llegaron a la intervención militar en Hungría (1956) y en Checoslovaquia (1968). Por otro lado, el deshielo en las relaciones con Occidente no se vio libre de algunos bruscos congelamientos, como la construcción del muro de Berlín en 1961, o la crisis de los misiles en Cuba en 1962. La sustitución de Kruschev por Leonid Breznev en 1964, no significó un cambio inmediato en la política soviética, aunque puso fin a las críticas al stalinismo. En los Estados Unidos El ascenso de Jhon F. Kennedy a la presidencia en 1961 brindó grandes expectativas a una sociedad que había vivido una inmensa prosperidad durante la posguerra, pero que veía ampliarse las distancias entre los grupos sociales más poderosos y los sectores marginados. Los movimientos que reclamaban igualdad de derechos (uno de los aspectos de la marginación de minorías raciales), que había comenzado su acción desde la década anterior, recibieron un nuevo impulso que no se vio afectado por el asesinato de Kennedy (1963). En el año siguiente lograron concretar el reconocimiento de la igualdad jurídica. Sin embargo, esto no logró resolver los problemas de la pobreza y el desempleo, que se vieron agravados por los gastos que ocasionó la intervención militar en Vietnam (masiva desde 1965). Desde entonces se inició un fuerte movimiento interno de crítica a la política norteamericana, mientras que el aumento de los gastos provocaba la profundización de la crisis económica. La crisis de la Distensión (1975-1985) El reacondicionamiento de la política exterior norteamericana, concretada al comenzar la década, afectó gravemente la imagen internacional de EE.UU, por cuanto cuestionaba su papel de liderazgo contra el comunismo. Paralelamente se agudizó el debate interno, ya fuertemente tensionado por los graves problemas domésticos. Se agregaron además, las repercusiones de la guerra árabe israelí de 1973 y el alza del precio mundial del petróleo. Se planteó entonces la necesidad de elaborar una política de defensa de principios tales como la libertad y los derechos humanos, dejando de lado el anticomunismo como principio rector. Por su parte, los críticos de esta política argumentaban que la Unión Soviética interpretaría este viraje como una prueba de la debilidad de occidente, consecuencia de la crisis económica que anticipaba su caída final. Por lo tanto, la URSS trataría de aprovechar la situación para obtener ventajas comerciales y facilitar la transferencia de tecnología hacia el bloque soviético, mientras reforzaba su participación en el Tercer Mundo. En este contexto de distensión, la rápida recuperación económica de occidente permitió el financiamiento, con créditos occidentales, de planes económicos de los países de Europa del Este (particularmente de la República Democrática Alemana, Polonia y Rumania). Sin embargo, algunos de los acontecimientos de 1979 (crisis de los rehenes en Irán, invasión soviética a Afganistán), dieron lugar a un replanteo de la política norteamericana, que volvió al congelamiento, en particular desde el acceso de Ronald Reagan a la presidencia en 1981. Por otra parte, la crisis económica que afectaba a los países desarrollados, los llevó a adoptar medidas tendientes a reducir los déficits fiscales y la inflación. Esto produjo una fuerte disminución del comercio mundial y la consiguiente caída de los precios de las materias primas (consecuencia de la política de reducción de gastos), mientras que la escasez de capitales en el mercado financiero produjo un fuerte aumento de las tasas de interés. Igual que otras veces, la crisis de los países desarrollados repercutió en todo el mundo. Sin embargo, a diferencia de lo ocurrido en los años 1930, el mundo socialista no escapó a ella. Los países de Europa del Este habían aprovechado el período de dinero barato para impulsar ambiciosos planes de desarrollo, por lo cual el cambio de situación los sorprendió sobre endeudados y comprometidos con el comercio mundial. El caso de Polonia donde los desequilibrios de su estructura económica trajeron aparejado en 1980 una ola de huelgas y el surgimiento de un sindicato independiente: Solidaridad. Y a ello hay que sumarle la crisis de la deuda externa en los países del Tercer Mundo. Esta situación cuestionaba la validez del modelo soviético en Europa del Este, cuando ya los principales partidos comunistas de Europa occidental (el francés y el italiano) habían abandonado decididamente la línea de la Unión Soviética y elaboraban sus propios planteos teóricos (eurocomunsimo), postulando el socialismo sin dictadura del proletariado. Todos estos acontecimientos comenzaron a reflejarse en la URSS a partir de la muerte de Breznev (1982). Su sucesor Yuri Andropov inició un proceso de cambios que ha sido continuado, desde 1985, por la reestructura (perestroika) y la transparencia (glasnot) impulsada por Gorvachov.

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